No conseguía encontrar la razón. Había hecho todo lo posible por caminar por los cauces establecidos. Cumplió con todas sus obligaciones. Siempre aceptó lo que su mujer le impuso. Pagó todos sus impuestos, siguió al pie de la letra todas las normas y leyes, nunca le pusieron multas. Era un ciudadano ejemplar.
En el trabajo había sido cumplidor. Siempre hizo todo lo que le ordenaron. Sus jefes sabían que se podía contar con él. Trabajador, disponible y obediente. ¿Qué más podían pedir? ¿No era suficiente? Era un empleado ejemplar.
Pero llegó la crisis, una crisis imparable, agresiva, violenta, capaz de llevarse todo por delante. Y la empresa tuvo que prescindir de algunos trabajadores. Le llamó el director y le agradeció los servicios prestados, al tiempo que le entregaba su carta de despido. ¿Por qué él?
En su casa, todo cambió. Por problemas económicos ya no podía decir siempre sí a su mujer. Y ésta se cansó y le abandonó. Hacienda le mandó un escrito en el que le multaba porque su declaración anual tenía un error. Él juró y perjuró que había sido una equivocación involuntaria. Pero dio igual.
Su destino había girado ciento ochenta grados. ¿De qué le había servido ser honesto con su país, obediente en su empresa y complaciente con su mujer? De nada.
Y, entonces se dio cuenta de que en su trabajo le habían despedido porque sabían que no iba a protestar. Que en Hacienda sólo obtienen amnistía los ricos. Que había sido un calzonazos y que su mujer nunca le quiso, salvo porque siempre le daba todo lo que deseaba.
Era tarde, pero entendió que se había equivocado. Ahora comprendía por qué sus compañeros, sus amigos, su gente, le llamaban el Marioneta.
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¿Él sólo un marionetas? creo que ahora mismo todos somos marionetas en manos de la patronal y del gobierno.
ResponderEliminarMuy actual tu relato.
Hay muchas marionetas, es verdad. Este caso sólo es un ejemplo.
EliminarUn beso
Triste realidad, una vida se sumisión pasa factura, a veces no es culpa suya, los hilos los manejan otros, pero es justo que al final la marioneta abra los ojos y mire por su cuenta ¿es tarde? No lo creo, ¿será duro? seguro, pero merece la pena.
ResponderEliminarRelato tan verdadero que en la calle veo marionetas, muchas por todas partes, arriba un "sistema" nos maneja.
Besitos.
No es definitivamente tarde, pero cambiar cuesta mucho. Ojalá que las marionetas reflexionen y cambien.
EliminarUn beso
Nunca es tarde si se llega a comprenderlo. Quizás esté a tiempo de darle un giro a lo que le resta de vida para transformarse en alguien que se respeta a sí mismo y no -simplemente- se conforma con consentir a los demás.
ResponderEliminarLe has dado un cariz de denuncia social a tu relato. Era de esperar!
Un abrazo y muchas gracias por sumarte a la propuesta
=)
Quizá lo esté, pero es un cambio muy radical y difícil.
EliminarUn beso
En su mano está, ahora que se dio cuenta de su papel en la vida, cambiar todo y ser un rebelde. Para vivir hay que rebelarse, no aceptar lo que los demás establecen sino lo que uno mismo considera justo.
ResponderEliminarBicos
Pues sí, amiga, o tiramos para adelante, a pesar de los poderes que nos lo tratan de impedir, o nos convertimos en esclavos.
EliminarUn beso
Ahí estamos...
ResponderEliminarUn beso
EliminarA veces hay que decir basta, porque sino te comen, hay que ser uno mismo y no dejarse manipular, para no recibir una decepción.
ResponderEliminarBonita y real historia.
Un abrazo
Sí, la cuestión es no dejarse aplastar, y saber decir que no a tiempo.
EliminarUn beso
Es débil el muro que separa la actitud responsable y correcta en todo momento, de la sumisión y el servilismo. A veces se hace necesaria la protesta, el inconformismo, la firmeza, la contradicción, el nadar contracorriente. Es simplemente una cuestión de ganarnos un lugar, de hacernos respetar, de no ser unas simples marionetas. Muy bien descrito el proceso que nos convierte en calzonazos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es verdad que la línea es difícil, pero hay mucha gente en los extremos, y estar en el extremos del sometimiento puede acarrear ser un esclavo en todas las facetas de la vida.
EliminarUn abrazo
Todos somos marionetas en esta sociedad en que vivimos y cada día más y peor!
ResponderEliminarUn beso.
Teresa, no seas pesimista. Hay muchos marionetas, pero también hay gente que se parte el pecho por no serlo.
EliminarUn beso
Uf, tremendamente actual y lamentablemente real.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, es verdad que es una muestra de una parte importante de los ciudadanos.
EliminarUn abrazo
una historia que realmente da para pensar y reflexionar
ResponderEliminarEsa era la intención. Un beso
EliminarQué bueno!!! Por lo menos se dio cuenta, un poco tarde pero igual le sirve. A veces las cosas llegan cuando tienen que ser.
ResponderEliminarEspero que logre cortar los hilos.
Un abrazo.
Ojalá que lo consiga.
EliminarUn beso
Tan real como triste,al menos hay un final esperanzador,siempre hay tiempo para el cambio, se podrá más o menos, le dejaran más o menos, pero lo importante es intentarlo.
ResponderEliminarUn abrazo y buen jueves.
No es fácil pero es posible.
EliminarUn beso
Tardó en darse cuenta, demasiado tarde?
ResponderEliminarSeguramente nada de aquello de lo que inevitablemente perdió en ese momento merecía la pena.
Marionerta o no, el Amor, el cariño, el respeto no hace distingos.
Abrazos
Prefirió acomodarse y no complicarse la vida, y sin embargo, se la complicó.
EliminarUn abrazo
Uf! Muy acorde con los tiempos que vivimos. Respecto a lo del a mujer, hay de esas sí. Lo que me extraña es que no sea capaz de darse cuenta que lo unico que le interesaba a ella, era su dinero.
ResponderEliminarBss.
Sí hay mujeres y hombres totalitarios, la cuestión es no dejarles que te anulen y se metan en tu parcela.
EliminarUn beso
Una de las cosas que hay que aprender es a decir No, a protestar ante las injusticias vengan de donde venga... ¿Dónde se aprende eso? ¿Alguien lo sabe? Si es así, me apunto al curso. Besos
ResponderEliminarLlevas razón, hay que aprender a decir NO, y no es fácil. Debería ser una asignatura en la escuela.
EliminarUn beso
Creo que en la segunda parte, este hombre rehace su vida. Un abrazo
ResponderEliminarOjalá, no estoy tan seguro. Un cambio tan drástico no es fácil.
EliminarUn abrazo
Hay quien no puede, o no sabe plantar cara al infortunio. Es triste, pero que levante la mano el que nunca se ha dejado manejar por los hilos de la sociedad, del amor, de la conveniencia... aaaiiissssss.
ResponderEliminarUn beso
Es verdad, todos seguramente hemos caído alguna vez, pero espero que no tanto como el protagonista de esta historia.
EliminarUn beso
Dramáticamente real. Siempre hay tiempo (creo, o quiero creer)
ResponderEliminarMuy buen jueves.
un abrazo
Real como la vida misma. Y representa a un universo importante de la ciudadanía. Hay tiempo, pero hay que darse prisa.
EliminarUn beso
ey, Rafa! qué historia ésta.
ResponderEliminarver a la marioneta como a ese hombre ha estado del todo original, con buen desarrollo y excelente remate.
me ha gustado mucho.
saludos!