Se despertó. Eran las siete y se levantó. Entraba a las nueve y había un buen trecho hasta la oficina. Después del desayuno frugal, salió camino del autobús.
Llegó pronto, eran las nueve menos diez. Y, asombrado, se encontró con la oficina cerrada. No era normal. Siempre había gente que venía antes. Además, el conserje entraba a las ocho. Decidió bajar al portal y esperar.
Después de veinte minutos, llamó a Laura, a Jesús, a Luisa, a todos los teléfonos de compañeros que tenía. Ninguno contestó. Siguió esperando, eran ya las diez y no sabía qué hacer, cuando a lo lejos vio que venía su jefe.
--Horacio, ¿qué hace aquí?
--Que, ¿qué hago aquí? Lo de siempre, he venido a trabajar.
--Pero, si hemos cerrado, yo mismo se lo comuniqué ayer y le di el finiquito.
Se quedó en blanco, sin decir nada, anonadado por la noticia.
En ese momento sonó el despertador. Se había vuelto a dormir. Encharcado en sudor y con desasosiego miró el reloj. Eran ya las ocho y cuarto, hoy por primera vez llegaría tarde a la oficina. Una pesadilla tremenda, pero una pesadilla, ¡menos mal!
En la mesilla de noche todavía quedaba la causa de su sueño. Un libro, “La vida es sueño”, que le había tenido despierto, leyéndolo, hasta las tantas.
No hay nada más peligroso que soñar soñando, pensó.
Más sueños en casa de Teresa
No todo son sueños maravillosos a veces, son aterradoras pesadillas... lo malo es que Calderón no le pudo firmar el justificante del retraso.
ResponderEliminarMuchas gracias por soñar conmigo.
Muchos besos y felices fiestas!!
Pues sí, hay también sueños que son pesadillas.
EliminarBesos y felices fiestas
Para cumplir los buenos sueños, hay que estar muy despierto.
ResponderEliminarLo malo es que hay veces que aún despierto, hay quien está dormido.
EliminarBicos
Los finiquitos hasta en los sueños, si es que vivimos atenazados,que porquería de crisis.
ResponderEliminarSí, la tenemos internalizada y sale por todas partes.
EliminarUn beso y felices fiestas
Pues en este caso menos mal que la pesadilla se quedó solo en un sueño. La realidad era mejor, aunque llegara tarde.
ResponderEliminarUn abrazo
Menos mal. Algunas veces la realidad supera a los sueños.
EliminarFelices fiestas y un abrazo
Menuda pesadilla, esperemos que no se vuelva realidad. A veces esos sueños son tan reales que dan miedo.
ResponderEliminarUn abrazo
Esperemos. Y sí, las pesadillas dan miedo.
EliminarFelices fiestas y un beso
He tenido miedo que sobre la mesilla se encontrara el finiquito.
ResponderEliminarMenos mal que tu final es más feliz que el que yo me estaba imaginando.
Un beso.
Es un final feliz, después de sufrir, que es lo que suele ocurrir en la realidad.
EliminarUn beso y felices fiestas
Uff, una horrible pesadilla. Afortunadamente para el protagonista de tu historia se trataba solamente de un sueño. Hoy es una triste realidad para millones de españoles. Contradiciendo a Calderón, no toda la vida es sueño, sino amarga realidad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Así es. Un problema que es hoy muy común. Y llevas razón no toda la vida es sueño.
EliminarUn abrazo y felices fiestas
Una realidad que para muchos tiene tintes de pesadilla, y más bien nos quita el sueño... Ayer un economista decía que era el momento de vender "sensaciones", se ve que vamos perdiendo la capacidad de soñar, de sentir, de seguir... lo más triste es que hasta para eso nos van alineando...
ResponderEliminarBesos
Lo más triste es que los sueños corresponden a nuestros sentimientos y preocupaciones en muchos casos, y hoy vista la realidad, es probable, más que nunca, las pesadillas.
EliminarFelices fiestas y un beso
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo he leído un sueño tan realista como el que nos has contado, realmente una pesadilla de puro factible. Me ha gustado. Bsss y felices días.
ResponderEliminarSí, por desgracia el sueño es un sueño muy común hoy en día.
EliminarFelices fiestas y un beso
En estos tiempos que corren esos sueños se convierten en pesadillas con demasiada facilidad. En este caso por ejemplo, al llegar tarde a la oficina, podría haberse encontrado con el soñado finiquito, pero en papel de verdad.
ResponderEliminarAbrazos
ASí es, las circunstancias actuales hacen que hoy sean más problables las pesadillas que los sueños positivos.
EliminarFelices fiestas y un abrazo
Es toda una pesadilla. Es un ejemplo de resto diurno, se puede soñar con lo que se estuvo pensando insistentemente.
ResponderEliminarSe nota cual es el temor del personaje.
Es así. Se sueñan muchas veces las preocupaciones. Y esta es una gran preocupación hoy.
EliminarFelices fiestas
Pesadillas, más que sueños... es que con la realidad como nos ataca, no hay por algún lado hay que disparar...
ResponderEliminarun fuerte abrazo!
Sí, vivimos épocas de pesadillas. Ojalá que por poco tiempo, aunque me temo lo peor.
EliminarFelices fiestas y un beso
Creo que muchos tienen pesadillas de esa clase hoy por hoy, aunque, si estuviera convenientemente retribuida, sería el sueño de muchos.
ResponderEliminarAbrazos, Rafa.
Sí, debe ser una pesadilla bastante común.
EliminarFelices fiestas y un abrazo
Muy bueno!!!!
ResponderEliminarFelicidades.
abrazos
A veces los sueños parecen ser tan reales que nos dan escalofríos. Menos mal que se despertó dentro de todo a tiempo para poder ir a trabajar, creo que el subconsciente hizo lo suyo.
ResponderEliminarUn buen relato ágil y atrapante.
Un abrazo enorme y mis mejores deseos para el 2013 que se avecina.
Un sueño que se convierte en pesadilla por desgracia para demasiados.
ResponderEliminarUn abrazo Rafa y un deseo de felicidad para este 2013apuntito de comenzar.
¿Sabes lo mejor del relato? Que a uno le queda la duda de qué es lo soñado y lo que no... De si soñó que iba, o soñó que dormía y sonaba el despertador. Es como un bucle perverso, literariamente sorprendente, y por desgracia socialmente de absoluta actualidad.
ResponderEliminar